Por Sheilla Cohen.
El arte hace preguntas, no da respuestas. ¿Cómo puede una reconocida galería como kurimanzutto re-imaginarse después de dos décadas de existencia? ¿Cómo pueden proponer una nueva forma de experimentar el tiempo? ¿Qué lugar ocupa la galería en el mundo, el país y dentro de cada una de las comunidades a las que pertenece? ¿Qué permea su entorno y qué dará forma a su futuro?
Estas son algunas de las preguntas que se formularán a lo largo de este año, que marca la celebración de su vigésimo aniversario, a través de una exposición atípica, la cual está dividida en siete espacios independientes pero interconectados, en donde se mostrarán exposiciones individuales de los artistas que se irán sumando a la programación.
Definitivamente, es un movimiento audaz y arriesgado para una galería establecida como kurimanzutto, que ha sido un agente esencial en la formación de la escena artística de la Ciudad de México, el cambiar la dinámica y el formato de abrir una nueva exposición cada dos o tres meses.
Dicho esto, a pesar de que cada proposición artística tiene una estética propia y un estilo diferente, respectivamente cada una tendrá una duración distinta según el proceso personal del artista. De alguna manera, consiguen generar un diálogo entre todos y la curaduría y el montaje excepcional permiten al espectador, recorrer los diferentes espacios, donde cada artista manifiesta su propia visión, como si cada uno fuera miembro de una familia habitando en la misma casa.
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Art ask questions, it doesn’t give answers. How can an established well-known gallery like kurimanzutto re-imagine itself after two decades of existing? How can they propose a new way of experiencing time? What place does the gallery occupy in the world, the country and within each of the communities to which it belongs? What permeates its surroundings and what will shape its future?
Those are the questions the gallery will be formulating during this year, which marks the celebration of their 20th anniversary, through an atypical exhibition divided into seven independent but still interconnected spaces, where individual exhibitions of the artist that will be joining the programming will be on display.
That being said, it’s definitely a bold move for an established gallery like kurimanzutto which has been an essential agent in the formation of Mexico City’s art scene, to change the dynamics and format of opening a new exhibition every two to three months.
Although each artistic proposition has a different aesthetic and style, each one will have a distinct duration depending on the artist’s personal process. Somehow they still manage to create a dialogue between all of them, the exceptional curatorship and montage helps the viewer wander through out the different rooms, were each artist manifest their own personal vision as if they were family members inhabiting the same house.
Siembra/ Sowing
kurimanzutto