Por Sheilla Cohen.
Sofía Elias (1995, Guadalajara, México) confiesa que nunca se imaginó acabar haciendo joyería, y aunque muchos vean a esta marca mexicana como un proyecto de creativo artsy que está de moda, su objetivo siempre ha sido ser más que una diseñadora de joyas. Después de estudiar Arte en Bezalel Academy Of Arts And Design en Jerusalem y Arquitectura en la Anáhuac, Ciudad de México, y estar pegada tantos años a la computadora, surgió una necesidad intrínseca de usar sus manos, sentirlas las texturas, ensuciarse y especialmente de huir de la tecnología.
Quería empezar a hacer esculturas de gran formato, pero ante la falta de un espacio más grande en donde poder experimentar, comenzó a experimentar con materiales y técnicas artesanales creando esculturas miniaturas en su casa.
De esta manera, Bloob nació como un proyecto de experimentación personal que creaba para usar ella misma, pero a la gente le gustó tanto que la decidió crear una marca de anillos, aretes y pulseras moldeados a mano, de alguna manera para ir en contra de la industria de producción masiva, preservando así el cuidado y valor del objeto, sin saber que estas esculturas para el cuerpo se volverían una tendencia de moda global.
Sus anillos y pulseras, que parecieran estar hechas de plastilina o boligoma, acompañan y complementan los dedos con su estridente paleta de colores decorando con alegría nuestras manos, evocando la diversión de nuestra infancia. Platicamos con Sofía Elias para que nos contará más acerca del proceso creativo de esta marca de joyería.
¿Quién es Sofía Elias?
Creo que mi trabajo habla mucho de mi misma y refleja la persona que soy. La gente que me conoce bien ve la relación inmediata que hay entre mi personalidad y mi obra.
¿Qué significa Blobb?
Es un sonido que describe el producto, una cosa que no tiene figura, como cuando una plasta de pintura cae.
¿Cuándo empezaste con este proyecto creativo?
Blobb como marca formalmente nació hace un año, cuando la marca de ropa Opening Ceremony hizo una campaña que se llamaba “The Year of Mexico” y llevaron muchas marcas emergentes mexicanas alguna de la tienda HI–BYE, una tienda en la Roma en donde pueden encontrar mis anillos, y ahí fue cuando empezó a volverse una tendencia viral que atrajo gente de todo el mundo.
Bloob es una mezcla de arte, arquitectura, diseño, joyería y moda. ¿Cómo definirías tu marca?
Las esculturas miniatura/objetos/joyería que hago son perfectamente imperfectas, deformes, y chuecas, que es algo con lo que constantemente estamos jugando. Mi marca yo pienso que es divertida y colorida que se presta para jugar y que siempre te da ganas de tener más; porque todo es distinto, y tiene una textura y colores tan chiclosos y resbalososos que parecen dulces pegostiosos. Por ahora es joyería, pero espero en un futuro muy pronto pueda empezar a hacer otros objetos, obras de arte y diseño. ¡Me muero de ganas de poder jugar y experimentar a escalas más grandes y hacer esculturas!
¿Cómo describirías el proceso creativo detrás de la creación de estos accesorios?
Mi proceso creativo es muy auténtico porque cada Blobb es único e irremplazable. Todas las piezas son hechas a mano con mucho amor, sin usar moldes y con la intención de que se vuelvan objetos a los que les tienes que dar el cuidado que merecen. Este proyecto ha crecido conmigo y seguimos evolucionando, yo lo sigo viendo como un experimento que va mejorando poco a poco hasta llegar a un producto final, aunque quizás nunca vaya a haber un final.
¿Qué técnicas y materiales empleas para realizar cada una de estas piezas?
Son experimentos, por eso son tan frágiles. Invente una “receta secreta”, pero están hechos con resina. Cada capa de resina tarda en secar dieciséis horas y cada anillo tiene un promedio de seis capas, por eso cuando la dejas secando no puedes mover las cosas que están en ese espacio, y si lo hiciera con moldes tendría que vaciar la resina por lo que no podía meter las piedritas adentro. Ahora estoy tratando en mejorar el proceso todos los días y mi próxima meta es empezar a trabajar con plásticos reciclados.
¿En qué te inspiraste en para crear el concepto y estética detrás de esta marca de joyería mexicana?
No hay referencias como tal, son solo cosas que se me van ocurriendo… Tengo esta serie de imágenes donde le agregue más dedos a las manos con el concepto de que necesitábamos mas anillos y no teníamos los suficientes dedos. Me gusta hacer collages en Photoshop que parezcan reales y te hagan ver las cosas dos veces, como si algo estuviera mal, pero no sabes que es exactamente hasta que ves bien la imagen.
¿Hay alguna influencia o referencia a la cultura mexicana en tu marca o más bien es un reflejo del estilo y la personalidad de Sofía Elias?
Si hay un inevitable guiño a la cultura mexicana porque hay todo un proceso artesanal detrás de la producción de mi marca y es un país muy colorido, pero en realidad creo que refleja mucho más mi personalidad y mi forma de ser ecléctica, divertida y fuera de lo común.
Hay un aspecto lúdico y nostálgico en la estética ecléctica de Blobb que se caracteriza por la saturación de colores neones y una textura suave que nos evoca a recuerdos y memorias de la infancia noventera.
Si es que hablamos de los noventa, mencionaría los tamagotchis. Se me hacen que los anillos y el cuidado de ellos son similar a lo que teníamos que hacer con los tamagotchis para que no se mueran. Del mismo modo, debe de haber un cuidado especifico que se les tiene que dar a los anillos y no olvidarte de su fragilidad para que no se mueran.
Por otra parte, si hay un aspecto muy lúdico en mi obra, creo que es la manifestación de mi niña interna, por ejemplo; para mi última campaña en vez de contratar modelos hice unos dibujos de mujeres con un trazo muy infantil que tenían mis aretes y también hice otra campaña que era “Make Your Own” con la intención de hicieran sus propios Blobbs con piezas de joyería vintage. Además de hacer una campaña con una caja de cereales de esas que podías recortar y los anillos estaban en un bowl como si fueran fruitloops.
Tus anillos y pulseras han aparecido en revistas de moda y han sido vistos en las manos de artistas e influencers. ¿Cómo paso de ser un proyecto creativo personal a convertirse un tendencia de moda global?
Todo ha pasado de manera muy orgánica, la gente cuando me ve a mi con los anillos puestos, aunque no los conozca vienen a preguntar qué son y de dónde son. Hay mucha curiosidad. Llaman la atención por sus colores y textura así que poco a poco las revistas me han contactado para publicar artículos sobre la marca, o usarlos en fotos editoriales e incluso para que se lo pongan algunas celebridades.
¿Qué se siente que tu marca de joyería mexicana se hayan vuelto un a tendencia global?
La verdad nunca imaginé que iba a pasar esto y que iba a crecer tan rápido, fue un proyecto que realmente surgió por diversión y que se salió de mis manos… Hay más demanda de la que nunca hubiera imaginado. Siento que la marca refleja tal cual quién soy, todo está hecho con mucho amor, y nunca fue pensado como un “plan de negocios”, ni tenía ningún tipo de estrategia, todo se dio de manera muy natural.
A un año de haber creado tu marca y con un éxito arrollador, te han empezado a copiar la estética y modelos de tu marca. ¿Cómo te lo tomado?
Después de hacer la campaña de “Make Yown Own” la gente se lo tomó tan literal que lo empezaron a copiar mi anillos, ahí fue cuando me di cuenta que se me había salido de las manos, pero es algo inevitable que pasa todos los días en la industria de la moda. Y aunque sí me lo tomo como un halago, porque me doy cuenta de la influencia que ha tenido mi marca a nivel global para que la gente la haya reproducido tanto, pero el hecho de ver que otros lo estén copiando es lo que me empuja a seguir evolucionando y transformarme y a estar constantemente innovando para no estancarme en lo mismo.
Tu proceso artesanal impide que cada una de las piezas sean iguales porque están moldeadas a mano y como resultado cada pieza es única e irregular. ¿Qué significado y valor le da ese aspecto a tu marca cuando vivimos inmersos en mundo en el que todo se produce industrialmente de manera masiva?
Me gusta que las piezas te hacen consiente de lo que tienes en las manos. Son delicados y las veo como escultura miniatura. El proceso de que te las tengas que quitar para lavar las manos porque no se pueden mojar, pienso que te hace consiente de estar aquí y ahora, en el presente. Constantemente consiente de lo que tienes y que no se te quite la emoción de la pieza después de una semana de haberla comprado.
Después de estudiar cinco años Arquitectura estabas harta de estar pegada a la computadora y querías huir de la tecnología. Esa necesidad de regresar a la materia, al origen, a lo manual… En fin, ¿cómo crees que nos esté afectando no solo emocional y físicamente el hecho de que la tecnología se haya vuelto una extensión de nuestras manos, sino también, de nuestra creatividad?
Para mi siempre ha sido importante hacer cosas con las manos. Nunca aprendí bien a hacer renders y esas cosas, todas mis entregas durante la carrera eran dibujos. Pienso que es esencial que cualquier artista o diseñador encuentre su técnica, su material y lenguaje en cual poderse expresar su estilo y si para algunos es la computadora pues esta muy bien, pero ese no fue mi caso.
Desde hace tres años trabajas en el estudio del escultor mexicano Pedro Reyes, ¿cuál ha sido el legado que te ha dejado en todo este tiempo?
He aprendido mucho estando ahí y lo admiro como artista y persona, Pedro es una persona que sabe escuchar, y por eso nunca he tenido miedo a decir mis opiniones, eso me hace sentir parte de los proyectos que he llegado a hacer con él.
Gran parte de tu inspiración detrás de todos tus proyectos creativos han sido el aspecto lúdico y el universo y el estado de inocencia en el que viven los niños, de tal manera que tu proyecto de tesis fue hacer un parque para niños en el que diseñaste todos los juegos. Me puedes platicas más acerca de esto, ¿y cómo influyó en la concepción e inspiración de Blobb?
Recientemente me di cuenta de la estrecha relación que hay entre mi proyecto de tesis con mi marca. Los últimos años de mi carrera yo ya estaba harta y quería hacer otra cosa. En mi tesis diseñé un parque que se llamaba “Jugando a Jugar”. Me metí muchísimo a la mente de los niños y cómo pensaban para lograr hacer unos diseños de juegos híbridos que tuvieran distintos usos.
Al final éstos causaron una reacción en los niños que los invitaba a pensar y a participar, por eso la intención del proyecto era generar la mayor interacción posible entre la niños y los juegos, puesto que mi argumento era que los parques de hoy en día eran tan prefabricados que no te daban el espacio para pensar y crear tus propios juegos.
Creo que empecé a pensar tanto como una niña que de alguna manera saqué esa niña que estaba en mi interior y me puse a jugar con materiales y hacer experimentos. Por primera vez, me di la oportunidad de hacer cosas que no tenían que ser perfectas, me dejé fluir y llevarme por lo que mis manos hacían. En la imperfección encontré la belleza.
¿En qué estas trabajando actualmente?
Ahora estoy trabajando en una colección de aretes upcycle de gente que donaron joyería vintage, como algunas piezas que habían perdido o que se les cayó un diamantito y por eso los dejaron de usar, y los intervengo con resina. Por otro lado, también me he dedicado mucho a cuidar los detalles del empaque de las piezas por ejemplo; los anillos vienen en unas capsulitas redondas, los artes en cajas con pasto sintético y las pulseras dentro de bolsas al vació y todas tienen etiqueta que es como un llaverito que dice el cuidado que le tienes que dar a cada pieza.
Ahora que ya se ha consolidado tu marca, ¿has pensado dar el salto de diseñadora y quizás incursionar en diseño de moda o en el arte contemporáneo creando esculturas de gran formato?
¡Sí! De hecho, acabo de mudarme a un estudio. Mi propósito es aquí empezar a hacer formatos más grandes y escultóricos. No lo había podido hacer hasta ahora por la alta demanda que hay de los anillos y también porque estaba haciéndolo todo yo sola que no me daba la oportunidad y el tiempo de experimentar con cosas nuevas. Pero poco a poco Blobb está creciendo como marca y ya tengo gente que me está ayudando a la producción y a perfeccionar la identidad de la marca. Estoy muy agradecida, porque de lo contrario no me podría mover y tendría que seguir haciendo lo mismo.
¿Cuál es el siguiente paso para Blobb y para Sofía Elías?
Seguir jugando, experimentando, divertirme. Pero ante todo, nunca dejar de hacer las cosas con tantas ganas y felicidad. Estoy muy contenta con los buenos comentarios y feedback que he recibido de gente desconocida por Instagram o hasta en persona. Se siente muy lindo cuando alguien se pone tus cosas y te cuentan distintas historias. No quiero dejar de sentir esa sensación.
¿Dónde se pueden comprar los anillos, artes, pulseras y collares ?
México: HI-BYE en la Colonia Roma
NYC: Café Fogot, TylerMcGillivary
Italia: Maga Archivo
IG: @_blobb