Por Sheilla Cohen.
Algún día todo el sufrimiento que padecemos hoy en día solo será un vago recuerdo del pasado; porque nada es estático, todo se transforma, constantemente evoluciona en otra cosa.
La tristeza y el dolor que todos hemos llegado a sentir algún día, nos quiere decir que hay algo dentro de nosotros que ya no funciona, que necesita un cambio. Se manifiesta en en nuestro cuerpo a través del llanto, porque es una emoción que nos demanda ser escuchada.
Necesita nuestra atención porque hace tiempo que nos dejamos de escuchar, por habernos perdido en el vorágine de la rutina diaria, persiguiendo el tiempo, en una prisa constante por alcanzar a los demás, para llegar a ser alguien más que no somos y quizás nunca llegaremos a ser.
Nos hemos obstinado en seguir los pasos de los demás, en vez de seguir nuestro propio paso a nuestro ritmo, que nos hemos olvidado de escuchar nuestra voz interna, esa que nos guiará hacia nuestro camino y no en el de los otros.
Nos sentimos perdidos, desorientados, sin saber qué rumbo tomar, porque hemos querido perseguir a los demás, siguiendo un camino que no nos corresponde, hacia un lugar que nunca estuvo destinado para nosotros. Regresamos al punto de partida, una y otra vez, siempre y cuando estemos caminando por el camino equivocado, cuando nos comparamos con el paso de los otros en vez de seguir nuestro propio ritmo.
Sin embargo, tenemos que empezar desde cero, no porque hayamos fracasado, sino porque la vida consiste en probar varios caminos hasta encontrar el propio, aquel que nos conducirá hacia nuestro destino.
Algún día llegará el momento en el que volveremos nuestra mirada hacia el pasado, para ver todos los pasos que hemos dado, para ver el camino que hemos recorrido, y nos daremos cuenta que todo fue un aprendizaje; que los obstáculos que se interpusieron en nuestro camino tenían que estar ahí porque necesitábamos superarlos para llegar a donde hoy estamos.
Nada es permanente, porque en ese momento en el que creemos que estamos al borde del abismo, cuando pensamos que las cosas no podrían ir peor y sentimos como si nos estuviéramos lentamente hundiendo en lo profundo del mar y no hay nadie por ningún lado que nos salve de ahogarnos.
Cuando creemos que no hay otra salida más que la muerte para escapar de nuestros cuerpos, es precisamente en ese momento cuando no hay que desistir; porque si lo dejamos pasar, algún día todo este sufrimiento pasará…
Miraremos en el espejo retrovisor y nos daremos cuenta que nuestra fortaleza interna fue mayor que la tristeza que consumió toda nuestra vitalidad dejándonos paralizados al borde del abismo apunto de caer al vacío.
Sin embargo, de alguna manera fuimos capaces de afrontar la adversidad cuando creíamos que arrasaría con nosotros como un tornado deja devastado todo lo que se interpone en su camino; porque ante esos nuevos ojos, eso que en aquel entonces considerábamos un problema se verá tan diminuto e insignificante que nos percataremos que solo fue una cuestión de perspectiva, una ilusión de nuestra percepción que en ese momento acaparaba toda nuestra atención, porque abarcaba el centro de nuestro pequeño universo cuando en realidad solo era un temporal que pasaría como las temporadas cambian cada cuatro meses, como el día se torna en noche cada veinticuatro horas, como los minutos se convierten en horas cuando las manecillas del reloj giran la vuelta completa, cuando los días se vuelven años, y los años se convierten en una vida entera.
Porque algún día el tiempo nos alcanzará, y todo esto solo habrá sido un cuento que nos contamos a nosotros mismos y a los demás, así que déjalo ir, porque eventualmente algún día todo esto pasará.
Let it happen…
By Sheilla Cohen.
One day all the suffering we are coping today will only a vague memory that belongs to the past, because nothing is static, everything transforms constantly evolving into something else.
The sadness and sorrow we might feel someday, means that there is something inside us that no longer works, that needs a change. It manifest in your body because it’s an emotion that demand to be heard, it needs our attention because we have stop listening to ourselves for a long time that we have lost ourselves in our hectic routines, chasing time, rushing to reach others to become someone else we’re not and perhaps will never be.
But we have stubbornly try to follow the footsteps of others, instead of following our own steps at our own pace, that we have forgotten to listen to our inner voice, that which will guide us towards our own path and not the others.
We feel lost and disoriented, without knowing which direction to take, because we wanted to chase others, at a pace that wasn’t ours, towards a place that was never destined for us. That is why we will keep returning to the starting point, over and over again, as long as we keep walking in the wrong path, comparing ourselves with others, when we try to follow their steps at their own pace instead of ours.
However, we might have to start again from scratch, not because we have failed, but because life consists of trying several paths until we find our own, that which will lead us to our own destiny.
One day, the time will come when we will turn our gaze onto the past, to see all the steps we have taken, to see the distance we have traveled, and we will realize that everything was a lesson in which the obstacles that got into our way had to be there because we needed to overcome them in order to get where we are today.
Nothing is permanent, because in that moment when we believe that we are on the edge of the abyss, when we think that things couldn’t go worse and we feel as though we are slowly sinking in depth of the sea and there is no one around to save us from drowning.
When we believe that there is no other way out other than death to escape from our bodies, that is precisely when we must not desist, because if we let it happen, one day all the suffering will pass…
We will look in the rearview mirror of our eyes and realize that our inner strength was much greater than the sorrow that consumed all our vitality leaving us paralyzed, on the edge of the abyss, about to fall into the void.
Yet somehow we were able to face adversity when we thought it would swept us away like a tornado devastates everything that comes into his way, because in the face of those new eyes, that which we considered a problem at that time, will appear to be so tiny and insignificant that we’ll realize that it was only a matter of of perspective, an illusion of our perception, which at that moment captured all our attention, because it encompassed the center of our tiny universe, when in reality it was only a storm that will pass by as the seasons change every four months, as the day turns into night every twenty-four hours, and the minutes turn into hours every time the clockwise turns around, as the days turn into years, and the years eventually become a lifetime.
And one day, time will reach every one of us and all of this will only be a story that we tell ourselves and others, so let it happen, because someday everything will fade away.