Por Sheilla Cohen.

A pesar de contar con un espacio propio en Zapopan, Jalisco, Guadalajara 90210 prefiere considerarse una galería nómada que cuenta con más de cuarenta exposiciones realizadas en los dos años desde que empezaron con este proyecto, que se caracteriza por apropiarse de espacios abandonados que están apunto de ser demolidos o en plena construcción para hacer exposiciones colectivas underground de manera temporal.

Isauro Huizar, El Jardín de Galileo.
Ciudad de México, 2019.

En esta ocasión, para llevar a cabo su proyecto más reciente, El Jardín de Galileo, trabajaron en colaboración con Reurbano y la Galería Enrique Guerrero, para apropiarse una vez más de una casona antigua ubicada en la calle de Galileo 92 en la colonia Polanco, e intervenirlo con una muestra colectiva temporal, que a pesar de no tener un ningún hilo conductor, ni tampoco un eje temático mas que el nombre de la calle en la que se encuentra ubicada, es una invitación a recorrer las obras de  aproximadamente 50 artistas.

Marco Rountree, Cousumalice,
El Jardín de Galileo, Ciudad de México, 2019.

El proyecto que de crear esta muestra colectiva se presentó después de que este antiguo espacio de oficinas se desocupara para convertirse en un edificio residencial a cargo del despacho de arquitectura Ambrosi-Etchegaray. Por esto mismo, se le dio la posibilidad romper muros, tirar puertas, remover pedazos del piso de madera para sembrar plantas que trazan un paseo que sumerge al visitante en una mezcla de  arte y arquitectura, añadiéndole valor al pasado y dando la bienvenida al futuro del inmueble.

STROMBOLI x Daphne Lyon,
El Jardín de Galileo. Ciudad de México, 2019.

Al entrar por la puerta principal, una reja cubierta de rostros o máscaras de barro hechas por Alejando García Contreras (Tapachula Chiapas,1982) recibirá al visitante para adentrarse a un jardín tropical cuya extraordinaria curaduría y museografía, que corre a cargo de Alma Saladin (París, 1990) y Marco Rountree (Ciudad de México, 1982), vuelve a sorprendernos una vez más con una propuesta fresca y ecléctica creando un pequeño jardín en el interior de una casa.

Alejandro García Contreras,
El Jardín de Galileo. Ciudad de México, 2019.

En la que destaca la intervención de sitio específico de Chavis Mármol (Hidalgo, 1982), un homenaje a un gran artista del siglo pasado, Gordon Matta Clark (Nueva York, 1943), padre de la “anarquitectura” por haber rescatado edificios abandonados para destruirlos o hacer cortes con una sierra en los muros y así poder crear nuevos espacios y formas de relacionarnos con el lugar.

Ariel Orozco, Chavis Mármol y Manuela García,
El Jardín de Galileo. Ciudad de México, 2019.

En este caso, el artista abrió literalmente un muro en la primera sala de la casa en forma de zigzag como si fuese una explosión transformando completamente el espacio y dando lugar a otras obras para exhibirse como es el caso de “Pintura Cósmica”, unas bolas de disco hechas de sombras de ojos realizada por Circe Irasema (Ciudad de México, 1987).

Chavis Mármol, Fabiola Torres-Alzaga, Marco Rountree,
El Jardín de Galileo, Ciudad de México, 2019.

En la segunda planta, Chavis Mármol, vuelve a intervenir el espacio cortando con una sierra una circunferencia en medio de un muro que divide dos salas ofreciendo al espectador una visión más amplia de un pequeño jardín habitado por plantas que parecieran salir del piso y de la que cuelga una penca de plátanos del techo en el que se sostiene un changuito un símbolo que se ha vuelto el sello personal del artista.

Chavis Mármol, El Jardín de Galileo.
Ciudad de México, 2019.

Independientemente de que resulta difícil superar las intervenciones arquitectónicas que éste artista hizo en la antigua casa, no obstante, hay obras de otros artistas que valen la pena ser mencionados como una de mis instalaciones favoritas; “Una puerta que es una puerta que es una puerta” hecha por Cecilia Miranda (Ciudad de México, 1993), que literalmente, como su titulo lo sugiere, es una puerta entreabierta suspendida del techo que aborda todas las posiciones posibles de un objeto tan útil y simbólico al mismo tiempo, por lo que puede ser vista desde múltiples ángulos y perspectivas .

Cecilia Miranda, “Una puerta que es una puerta que es una puerta”, El Jardín de Galileo. Ciudad de México, 2019.

El ecléctico recorrido aparentemente culmina en la azotea donde se ubica “Aquarium”, la obra de Allan Villacencio (Ciudad de México, 1987), un estudio cuyos reflejo de sol se proyecta sobre ventanales de cristal están pintados de colores ácido generando en el piso formando unas sombras en formas abstractas.

Allan Villavicencio, «Aquarium», El Jardín de Galileo.
Ciudad de México, 2019.

Sin embargo, el paseo por el Jardín de Galileo nunca termina del todo, puesto que en cada rincón encontrarás una obra de arte que no habías visto antes. Por eso mismo, merece la pena revisitar la exposición un par de veces, sino es que más, porque cada vez que la visites encontraras nuevas obras o quizás algunas que ya habías visto, pero que seguramente las verás con ojos distintos.

Héctor Madera, El Jardín de Galileo.
Ciudad de México, 2019

El Jardín de Galileo

15 de Junio – 27 de Julio, 2019

Dirección: Galileo 92, Polanco.

Días de visita: Viernes y Sábado de 2:00 a 6:00 pm

Contacto: guadalajara90210@gmail.com

Galileo’s Garden

By Sheilla Cohen.

Despite having their own space in Zapopan, Jalisco. Guadalajara 90210 prefers to work as a nomad gallery, making underground collective exhibitions in abandoned or hidden places that are usually under construction. Ever since they started this project, two years ago, they have made over forty exhibitions in total.

Sofía Reyes, Marco Rountree, Maximiliano Leon, Manuel García,
El Jardín de Galileo. México City, 2019.

In this case, for their most recent project, they partnered up with Reurbano and Enrique Guerrero gallery to take over an entire old house located at Galileo 92 in la Colonia Polanco, for a couple of months before it turns into residential building, with a collective exhibition without any thematic in particular or story line, other than the name of the street in which is located, but rather an invitation for the visitor to wander around the house through the artworks of over fifty different artists.

Chavis Mármol, El Jardín de Galileo.
México City, 2019.

The project to intervene this property in order to create a collective exhibition came after the plan to demolish this old office space an build it into a residential complex by the architecture studio Ambrosi-Etchegaray. For the same reason, they were given the creative freedom to explore every possibility there is in to the space and do whatever they wanted with it like breaking walls, throwing doors, removing pieces of the wood floor to set plants as traces for the the visitors to wander around an exhibition that mixes art and architecture adding vale to the past an welcoming the future of the property.

Josué Morales Bornal, El Jardín de Galileo.
Mexico City, 2019.

Upon entering a grid door covered with mud masks made by Alejandro Garcia Contreras (Tapachula, Chiapas, 1982) will welcome you to enter into an tropical garden curated by Alama Saladin and Marco Rountree, both artist and founders of Guadalajara 902010. The mind-blowing curatorship and museography is a work of art by itself, which surprise us once again with a fresh and eclectic interdisciplinary proposal building a small garden inside the three-story old house.

Chavis Mármol, El Jardín de Galileo.
México City, 2019

By far, the most remarkable artwork of the exhibition by is the site-specific interventions made by Chavis Mármol (Hidalgo, Mexico, 1982), which are a tribute to one of the great artists of the last century, Gordon Matta Clark (New York, 1943), famously known for conceiving the term “anarchitecture” which consisted on rescuing abandoned buildings, making cuts through the walls and using mirror, in order to be to expand our perception of space, opening new dimensions in which our bodies could wander and create infinite ways for us to relate with the architecture.

Circe Irasema, Cosmic Painting,
El Jardín de Galileo, Ciudad de México, 2019.

In this case, Chavis Mármol literally cut the wall on the first floor of the house in the a zigzag shape as if it were an explosion, transforming completely the entire space showcasing other artworks like “Cosmic Painting” a series of disco balls made of eye shadows made by Circe Irasema (Mexico City, 1987).

Chavis Mármol, Fabiola Torres-Alzaga, Marco Rountree,
El Jardín de Galileo, Mexico City, 2019.

On the second floor, the first artist made another site-specific intervention by cutting with a saw a circle through the middle of wall that originally divided two rooms, offering the viewer a broader vision of a small garden inhabited by tropical plants that seem to come out from the floor and from where it also hangs a bananas midrib from the ceiling in which a small monkey is hanging; a symbol that has become his trademark.

Cecilia Miranda, “Una puerta que es una puerta que es una puerta”,
El Jardín de Galileo. Mexico City, 2019.

Although, it’s seems difficult to surpass the architectural intervention that Chavis Mármol made in the old house, however there are other artworks that are worth mentioning, such as one of my favorite installations; «A door that is a door that is a door» made by Cecilia Miranda (Mexico City, 1993), which basically is a half-open door suspended from the ceiling, therefore it can be seen from multiple angles and perspectives addressing all the possible positions of such an useful object and symbolic at the same time.

Allan Villavicencio, «Aquarium», El Jardín de Galileo.
Mexico City, 2019.

The eclectic tour finishes in the rooftop with “Aquarium” an open glass studio painted in acid colors by Allan Villavicencio (Mexico Studio, 1987), whose sunlight reflection projects onto the glass windows creating a shadow play in the floor that appear to be like they were abstracts paintings.

Sofía Cruz y Jay Velez, El Jardín de Galileo.
Mexico City, 2019.

However, the tour through Galileo’s Garden doesn’t end right there, because there are hidden artworks in each and every corner of the old house. For that reason, it is worth revisit the exhibition a couple of times, if not more before it closes in the end of July, because each time one will find new artworks or perhaps some ones that might already have seen but one surely one will see them with different eyes.

Alejando Romero y Andres Souto Vilaros,
El Jardín de Galileo. Mexico City, 2019.

Galileo’s Garden

June 15 – July 27, 2019

Address: Galileo 92, Polanco.

Visit days: Friday and Saturday from 2:00 a 6:00 pm

Contact: guadalajara90210@gmail.com