Sus fotografías son vanitas contemporáneas de naturaleza muerta, que retratan la decadencia de lo mundano recordándonos lo efímero de la vida, pero también, acerca de la parte repugnante de la carne, secreciones y fluidos humanos. Hay algo extremadamente aversivo, pero tan estéticamente hermoso en sus fotografías; los colores brillantes, las ricas texturas y los cuerpos brillantes que literalmente están explotando ante nuestros ojos.